7/20/2010

LA Bobina Maravillosa.

La Bobina Maravillosa

Erase un príncipe que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber recibido un buen regaño por su flojera, suspiró tristemente, diciendo:
¡Ay! ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me dé en gana? A la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de hilo de oro de la que salió una débil voz:
Trátame con cuidado, príncipe...este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo se ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el don de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado no podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.
El príncipe, para cersiorarse, tiro con energía del hilo y se encontró convertido en un apuesto príncipe. Tiró un poco mas y se vio llevando la corona de su padre. ¡Era rey! Con un nuevo tironcito, preguntó:
Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?
En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro hermosos niños surgieron a su lado. Sin pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió soltando mas hilo para saber como serían sus hijos de mayores y cómo serían sus esposas.
De pronto se miró al espejo y vió la imagen de un anciano decrépito, de escasos cabellos nevados. Se asustó de sí mismo y del poco hilo que quedaba en la bobina. ...¡Los instantes de su vida estaban contados! Desesperadamente, intentó enrollar el hilo en el carrete, pero sin lograrlo. Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:
Has desperdiciado tontamente toda tu existencia. Ahora ya sabes que los días perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la vida sin molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.
El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin hacer nada de provecho.

Fin

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